Es de conocimiento general que el presidente Luis Arce reveló que el pasado miércoles estableció contacto telefónico con el líder del MAS, Evo Morales, a fin de advertirle que se gestaba un golpe de estado y recomendarle que se ponga a buen recaudo.
Dicha llamada es objeto de distintas interpretaciones como la que expuso a Panamericana el diputado oficialista alineado con la corriente “evista”, Renán Cabezas, para quien forma parte de un montaje orquestado por el gobierno para confundir a la verdadera militancia.
Según Cabezas, es evidente que no existe comunicación fluida entre Arce y Morales desde hace varios meses, y en consecuencia la coordinación para definir políticas de gobierno es nula. El parlamentario, lamentó que el jefe del estado sea reticente, dice, a buscar la unidad como pretende la dirección nacional del partido.
Pero la senadora del MAS afín al bloque “arcista”, Virginia Velasco, discrepó con los criterios previos y rechazó que hubiese existido algún trasfondo político en la llamada de alerta, ya que ambos líderes son compañeros de partido al margen de posibles diferencias.
Más bien, la legisladora encomió la reacción del mandatario Luis Arce para defender el orden constitucional en una situación de alto riesgo.
Velasco desmintió la tesis de que lo ocurrido el pasado miércoles haya sido un “auto golpe”, a tiempo de recordar que dicho término fue introducido desde hace meses por Morales cuando atacaba a la gestión de gobierno.
Por su parte, el diputado de Comunidad Ciudadana, Miguel Roca, insistió en que se perpetró un montaje como mecanismo para tratar de unir a Evo Morales y Luis Arce, haciéndolos quedar como “salvadores de la democracia”. Además, denunció presiones hacia funcionarios públicos para reflejar una falsa imagen de apoyo.
Para Roca, todos los organismos del estado fueron utilizados para armar un “show mediático”, y como prueba relató su experiencia cuando evidenció total falta de seguridad y control en el acceso a Plaza Murillo durante la insubordinación militar.
PANAMERICANA.
