En Panamericana, la legisladora del Movimiento Al Socialismo, Simona Quispe, se refirió con dureza a la conducta de su colega Gilmar Huarachi, acusado de participar en la sesión de la Cámara de Senadores, en evidente estado de ebriedad.
Según sostuvo, la aparición del aludido en condiciones “inconvenientes” no es novedosa, sino que obedece a un patrón recurrente que gozaría de cierta protección. Por ello exigió la intervención del Comité de ética, aunque avizoró una estrategia de victimización.
Quispe anticipó que la denuncia podría ser tergiversada atribuyéndola a un supuesto ataque contra la corriente del MAS denominada “arcista”, pero opinó que incluso en tal escenario se debe establecer sanciones por el carácter reiterativo de la falta.
Sin embargo, la legisladora oficialista Virginia Velasco, refutó la versión de Simona Quispe y si bien coincidió en que la conducta de Huarachi debe investigarse, rechazó difamaciones en sentido de que se pasaría por alto el estado inconveniente de forma deliberada.
La senadora reafirmó que la comisión de ética debe actuar en este caso en el marco del reglamento y del respeto a derechos constitucionales. Opinó además que estas actitudes deberían ser discutidas internamente, pero identificó dificultades que surgen del ala “evista” de su partido para establecer un adecuado nivel de coordinación.
PANAMERICANA.
